¿Qué tipos de Rinoplastia existen?

La rinoplastia es la intervención estética indicada para aquellas personas que no están satisfechas con el tamaño, la forma y/o la posición de su nariz. Más allá de su valor estético, la rinoplastia también se utiliza para corregir daños fruto de accidentes o lesiones, y problemas respiratorios asociados a la estructura de la nariz.

La cirugía de la nariz es una de las intervenciones más complejas que existen en el campo de la cirugía estética. Un cirujano especialista en rinoplastia puede reducir o aumentar el tamaño de la nariz, modificar la punta o el puente, hacer desaparecer la giba o caballete, estrechar o cambiar la forma de las fosas nasales… Para ello, existen diferentes técnicas o procedimientos:

Rinoplastia tradicional

Cada nariz y cada paciente son un mundo. Antes de la intervención el cirujano hará un estudio previo de la morfología del paciente para buscar la solución más adecuada a sus necesidades.

Este análisis previo puede combinarse con un servicio de rinoplastia digital que permite enseñar al paciente el antes y el después de su intervención. El objetivo final es conseguir la nariz más armoniosa posible con respecto al contorno facial del paciente, respetando su morfología y buscando la naturalidad.

La intervención puede realizarse de dos maneras: abierta o cerrada.

La rinoplastia cerrada es aquella que se realiza vía interna, es decir, a través de la parte interior de las ventanas nasales, mientras que la rinoplastia abierta requiere de una pequeña incisión exterior prácticamente imperceptible.

La cirugía suele prolongarse de una a dos horas y suele ser un procedimiento ambulatorio y tal y como lo realizamos nosotros, sin dolor ni medicación alguna.

Septoplastia (Desviación del tabique nasal)

La septoplastia es una intervención quirúrgica destinada a corregir el tabique nasal desviado. El tabique nasal es la pared de cartílago y hueso encargada de dividir las fosas nasales de la nariz. Las personas que cuentan con un tabique nasal desviado presentan dificultades a la hora de respirar, hemorragias nasales frecuentes, dolores en el rostro…

Con la septoplastia se endereza el tabique a partir de una incisión y despegamiento de su mucosa, lo que permite mejorar el flujo de aire a través de los conductos nasales. La intervención la solemos combinar con la rinoplastia, se realiza bajo anestesia local o general y se prolonga de media hora a hora y media, en función de la morfología del paciente.

Perfiloplastia (Rinoplastia + Mentoplastia)

La perfiloplastia aglutina distintas técnicas quirúrgicas cuyo principal objetivo es armonizar el perfil facial del paciente. Suele incluir la cirugía de nariz y de mentón (aumento de la proyección de la barbilla), pero también se pueden realizar pequeños retoques en frente, labios y papada.

Para la mentoplastia (proyección moderada del mentón) nosotros ya no utilizamos prótesis, sino que aprovechamos el tejido excedente de la rinoplastia del paciente para crear un implante que introduciremos a través de una incisión mínima, debajo del mentón, en zona invisible.

Rinoplastia sin cirugía

Es un tratamiento que utilizamos para corregir defectos menores como pueden ser pequeñas deficiencias en la nariz. No está indicada para reducir la estructura de la nariz, o para corregir deformidades o problemas respiratorios.

Se trata de un procedimiento no quirúrgico de unos 15 minutos de duración. Emplea rellenos dérmicos (ácidos hialurónicos, hidroxiapatita) que infiltramos directamente en la nariz y que permiten nivelarla, dotar de más forma a la punta, mejorar un puente debilitado…

Su duración es temporal, entre 6 meses y 2 años, lo que no debe representar un problema ya que así vamos personalizándola con el paso del tiempo, porque los rasgos también cambian.

Dr. Juan Antonio Mira Especialista en Rinoplastias

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