¿En qué consiste la liposucción?
La liposucción consiste en la extracción de grasa mediante cánulas finas (2-4 mm) que se introducen bajo la piel a través de pequeñas incisiones que se realizan en puntos estratégicamente colocados de la zona a tratar. La extracción de grasa se realiza después de liberar las células o adipocitos y aspirar el contenido liberado. De forma clásica, esta liberación se ha realizado moviendo las cánulas y ayudándose con un aparato de aspiración o mediante jeringas.
Actualmente esta extracción se ve favorecida por la utilización de diversas técnicas entre las que se incluyen las técnicas láser, ultrasonidos, radiofrecuencia, vibro-liposucción (nutacional, micro-aire) o agua a alta presión (WAL).
¿Se trata de una intervención para perder peso?
La liposucción no debe utilizarse como un tratamiento para perder peso, ya que no es adecuado rebasar los límites en una extirpación de grasa. La liposucción ayuda a eliminar depósitos de grasa localizados y a remodelar áreas concretas del cuerpo.
¿Se emplea exclusivamente en la zona abdominal?
La liposucción no se aplica exclusivamente en la zona del abdomen. También es muy efectiva en los flancos, la cadera y las nalgas, además de las piernas y los tobillos, los brazos, las rodillas, el cuello, la región de las axilas, la zona dorsal y lumbar…
¿Sirve para eliminar la celulitis?
La liposucción no es una intervención indicada para tratar la celulitis. Ahora bien, al disminuir el volumen de determinadas zonas, eliminar parcialmente los tabiques fibrosos y favorecer un mejor drenaje linfático se puede conseguir una mejoría importante, aunque no desaparece completamente.
La liposucción se puede asociar a la lipotransferencia o injerto de grasa propia para mejorar las irregularidades de la piel o los hoyuelos. La liposucción tampoco es un tratamiento indicado para eliminar las estrías.
¿Vuelve a aparecer la grasa eliminada?
Gracias a la liposucción se eliminan la mayor parte de los adipocitos, que son los culpables de la acumulación de grasa. Por tanto, es difícil volver a coger peso en la zona tratada. Ahora bien, hay que tener en cuenta la predisposición genética de cada paciente y es necesario cuidar la alimentación y realizar ejercicio físico, ya que aumentos muy grandes de peso podrían causar que los adipocitos que todavía permanecen en esas zonas se hagan mucho más grandes, aumentando de nuevo la grasa en las zonas tratadas.
¿Cuál es el candidato ideal para una liposucción?
El paciente ideal para una liposucción es aquel que cuenta con un peso relativamente normal, pero que posee depósitos de grasa localizados en determinadas áreas del cuerpo que no responden ni al ejercicio ni a una dieta equilibrada. Es importante, además, que cuente con una piel firme y elástica. La edad del paciente tampoco es un inconveniente, lo importante es la salud física y mental. Los candidatos de edad avanzada en buen estado de salud pueden someterse a la cirugía con garantías de éxito.
¿En qué consiste la liposucción asistida por agua a altas presiones (WAL)?
Este tipo de liposucción asistida, conocida como WAL por sus siglas en inglés (Water Assisted Liposuction) consiste en la utilización de unas cánulas especiales con un fino tubo en su interior por el que circula agua a presión que es liberada dentro del tejido graso, produciendo la separación de las células grasas o adipocitos, y facilitando su extracción. Con esta técnica se disminuyen los hematomas, la inflamación y el dolor tras la liposucción, acortando el tiempo quirúrgico y el tiempo de recuperación.
Además, es un método excelente para extraer grasa que puede ser reutilizada después en los trasplantes de grasa propia, que en ocasiones son un buen complemento de la liposucción para remodelar el contorno corporal, o para realizar un aumento mamario o un rejuvenecimiento de la cara y el cuello.
¿Cómo es la recuperación de la intervención?
Por lo general, los pacientes pueden regresar a su domicilio unas horas después de la intervención o, en algunos casos, permanecer una noche en el hospital para realizar una correcta vigilancia postoperatoria. No es necesaria la utilización de dispositivos o tubos de drenaje. Es normal que aparezcan hematomas, inflamación, que haya cierta pérdida de sensibilidad temporal o que se sienta dolor localizado (se tomarán analgésicos para controlar el dolor postoperatorio durante unos días). Para fijar los resultados se deberá llevar una prenda de presoterapia (faja u otra prenda especial) durante 3 o 4 semanas.
Se deberán evitar grandes esfuerzos durante la primera semana, aunque es conveniente un ejercicio físico moderado (caminar o movimientos suaves) para facilitar el drenaje del tejido linfático. Habitualmente los pacientes podrán reincorporarse al trabajo en una semana o antes, siempre en función del tipo de liposucción a la que se hayan sometido.
Durante las cuatro semanas posteriores a la operación el paciente deberá acudir dos veces por semana a la clínica de su cirujano plástico para recibir masajes de drenaje linfático en las zonas tratadas, con el fin de que la recuperación sea más rápida.
¿Cuándo se “ven” los resultados finales?
Los resultados no son inmediatos. Al mes y medio empieza a apreciarse el nuevo contorno corporal, que suele ser definitivo entre seis meses y un año, dependiendo de la zona tratada.
¿Es necesaria alguna intervención adicional?
La piel no siempre se readapta por sí misma al nuevo contorno, y pueden ser necesarias técnicas quirúrgicas adicionales para eliminar y tensar el exceso de piel. Es habitual combinar la liposucción con la abdominoplastia o con un estiramiento de muslos o brazos, e incluso con cirugías de reducción de mama.
Dr. Julio Terrén: especialista en Liposucción